https://www.youtube.com/watch?v=I9iTM1PRRZI
Guerras
Vox Dei
Vengo de muy lejos a vivir aquí
en la casa que está detrás del rio
vengo a buscar nomás lo que es mío
es una promesa que debo cumplir
voy a recortar la hiedra que la envuelve y le da frio
y a voltear el muro que me cierra
que me cierra, que me cierra el camino
y a quemar los árboles que no son míos
Vengo de muy lejos a vivir aquí
en la casa que está detrás del rio
vengo a buscar nomás lo que es mío
es una promesa que debo cumplir
En el campo se escuchó gritar
Quien será capaz de vencerlo al gran Goliath
como estar tan equivocado
para que armas en la mano
mira,piensa, dime como estas
como vienes asi No no no no no no
Moriras Goliath por querer ganar
y empezó a correr al encuentro del gran David
una piedra te hará caer y tu espada te matara
armas, fuerza, de que te sirvio
pero esta historia no ha terminado. No no no no no no
Las guerras - Vox Dei
https://www.youtube.com/watch?v=I9iTM1PRRZI
¿Qué dice la Biblia acerca de la guerra?
https://www.gotquestions.org/Espanol/guerra-Biblia.html
Pregunta:
"¿Qué dice la Biblia acerca de la guerra?"
Respuesta: Mucha gente comete el error de creer que la Biblia dice, “No matarás”, y busca aplicar este mandamiento a la guerra. Sin embargo, lo que en verdad dice la Biblia es “No cometerás asesinato.” (Éxodo 20:13). La palabra hebrea literalmente significa “la muerte intencional y premeditada de otra persona con malicia.” Con frecuencia Dios ordenaba a los israelitas ir a la guerra contra otras naciones (1 Samuel 15:3; Josué 4:13). Dios ordenó la pena de muerte para numerosos crímenes (Éxodo 21:12; 21:15; 22:19; Levítico 20:11). Así que, Dios no está contra el matar en todas las circunstancias, sino más bien el asesinar. La guerra nunca es algo bueno, pero algunas veces es algo necesario. En un mundo lleno de gente pecadora (Romanos 3:10-18), la guerra es inevitable. Algunas veces la única manera de evitar que la gente pecadora haga un gran daño es yendo a la guerra contra ellos.
¡La guerra es algo terrible! La guerra es siempre el resultado del pecado (Romanos 3:10-18). En el Antiguo Testamento, Dios ordenó a los israelitas: “Haz la venganza de los hijos de Israel contra los madianitas…” (Números 31:2). Ver también en Deuteronomio 20:16-17, “Pero de las ciudades de estos pueblos que Jehová tu Dios te da por herencia, ninguna persona dejarás con vida, sino que los destruirás completamente; al heteo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, como Jehová tu Dios te ha mandado.” En Éxodo 17:16 leemos, “ y dijo: Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono de Jehová, Jehová tendrá guerra con Amalec de generación en generación.” También en 1 Samuel 15:18, “…Ve, destruye a los pecadores de Amalec, y hazles guerra hasta que los acabes.” Así que, obviamente Dios no está contra todas las guerras. Jesús está siempre en perfecto acuerdo con el Padre (Juan 10:30), así que no podemos argüir que la guerra era la voluntad de Dios solo en el Antiguo Testamento. Dios no cambia (Malaquías 3:6; Santiago 1:17).
La Segunda Venida de Cristo es también extremadamente violenta. Apocalipsis 19:11-21 proclama, “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino Él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es; EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y Él las regirá con vara de hierro; y Él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre, REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo; Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre.”
Es un error decir que Dios nunca apoya una guerra. Jesús no es un pacifista. En un mundo lleno de gente impía, algunas veces es necesaria una guerra para prevenir un daño aún mayor. Si Hitler no hubiera sido vencido en la II Guerra Mundial, ¿cuántos millones más de judíos hubieran sido exterminados? Si la Guerra Civil en Estados Unidos no se hubiera peleado, ¿por cuánto tiempo más los afro-americanos hubieran tenido que sufrir como esclavos? Todos debemos recordar el basar nuestras creencias en la Biblia, no en nuestras emociones (2 Timoteo 3:16-17).
Eclesiastés 3:8 declara que hay, “tiempo de amar y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.” En un mundo dominado por el pecado, el odio y la maldad (Romanos 3:10-18), la guerra es inevitable. Algunas guerras son más “justas” que otras, pero todas las guerras son a última instancia el resultado del pecado. Los cristianos no deben desear la guerra, pero tampoco deben oponerse al gobierno que Dios colocó en autoridad sobre ellos (Romanos 13:10-18; 1 Pedro 2:17). La cosa más importante que podemos hacer en un tiempo de guerra es orar por la buena sabiduría de nuestros líderes, orar por la seguridad de nuestros ejércitos, orar por una rápida solución al conflicto y orar por un mínimo de muertes – de ambos lados del conflicto (Filipenses 4:6-7).
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Respuesta: Mucha gente comete el error de creer que la Biblia dice, “No matarás”, y busca aplicar este mandamiento a la guerra. Sin embargo, lo que en verdad dice la Biblia es “No cometerás asesinato.” (Éxodo 20:13). La palabra hebrea literalmente significa “la muerte intencional y premeditada de otra persona con malicia.” Con frecuencia Dios ordenaba a los israelitas ir a la guerra contra otras naciones (1 Samuel 15:3; Josué 4:13). Dios ordenó la pena de muerte para numerosos crímenes (Éxodo 21:12; 21:15; 22:19; Levítico 20:11). Así que, Dios no está contra el matar en todas las circunstancias, sino más bien el asesinar. La guerra nunca es algo bueno, pero algunas veces es algo necesario. En un mundo lleno de gente pecadora (Romanos 3:10-18), la guerra es inevitable. Algunas veces la única manera de evitar que la gente pecadora haga un gran daño es yendo a la guerra contra ellos.
¡La guerra es algo terrible! La guerra es siempre el resultado del pecado (Romanos 3:10-18). En el Antiguo Testamento, Dios ordenó a los israelitas: “Haz la venganza de los hijos de Israel contra los madianitas…” (Números 31:2). Ver también en Deuteronomio 20:16-17, “Pero de las ciudades de estos pueblos que Jehová tu Dios te da por herencia, ninguna persona dejarás con vida, sino que los destruirás completamente; al heteo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, como Jehová tu Dios te ha mandado.” En Éxodo 17:16 leemos, “ y dijo: Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono de Jehová, Jehová tendrá guerra con Amalec de generación en generación.” También en 1 Samuel 15:18, “…Ve, destruye a los pecadores de Amalec, y hazles guerra hasta que los acabes.” Así que, obviamente Dios no está contra todas las guerras. Jesús está siempre en perfecto acuerdo con el Padre (Juan 10:30), así que no podemos argüir que la guerra era la voluntad de Dios solo en el Antiguo Testamento. Dios no cambia (Malaquías 3:6; Santiago 1:17).
La Segunda Venida de Cristo es también extremadamente violenta. Apocalipsis 19:11-21 proclama, “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino Él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es; EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y Él las regirá con vara de hierro; y Él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre, REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo; Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre.”
Es un error decir que Dios nunca apoya una guerra. Jesús no es un pacifista. En un mundo lleno de gente impía, algunas veces es necesaria una guerra para prevenir un daño aún mayor. Si Hitler no hubiera sido vencido en la II Guerra Mundial, ¿cuántos millones más de judíos hubieran sido exterminados? Si la Guerra Civil en Estados Unidos no se hubiera peleado, ¿por cuánto tiempo más los afro-americanos hubieran tenido que sufrir como esclavos? Todos debemos recordar el basar nuestras creencias en la Biblia, no en nuestras emociones (2 Timoteo 3:16-17).
Eclesiastés 3:8 declara que hay, “tiempo de amar y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.” En un mundo dominado por el pecado, el odio y la maldad (Romanos 3:10-18), la guerra es inevitable. Algunas guerras son más “justas” que otras, pero todas las guerras son a última instancia el resultado del pecado. Los cristianos no deben desear la guerra, pero tampoco deben oponerse al gobierno que Dios colocó en autoridad sobre ellos (Romanos 13:10-18; 1 Pedro 2:17). La cosa más importante que podemos hacer en un tiempo de guerra es orar por la buena sabiduría de nuestros líderes, orar por la seguridad de nuestros ejércitos, orar por una rápida solución al conflicto y orar por un mínimo de muertes – de ambos lados del conflicto (Filipenses 4:6-7).
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¿La profecía bíblica
predice que habrá una tercera guerra mundial antes del final de los tiempos?
https://www.gotquestions.org/Espanol/tercera-guerra-mundial.html
Pregunta: "¿La profecía bíblica predice que
habrá una tercera guerra mundial antes del final de los tiempos?"
Respuesta: No hay duda de que la guerra mundial será parte del futuro. Ezequiel predijo la batalla de Gog y Magog, que tendrá lugar justo antes de la Tribulación, o casi en la mitad de la misma (Ezequiel 38-39). Cristo enseñó claramente que habría guerra antes de Su segunda venida (Mateo 24:4-31). Algunos sostienen que Jesús está hablando en general de la era de la iglesia en los versículos 4-14, y del período de la Tribulación (empezando en su punto medio) en los versículos 15-31. Otros creen que Cristo en el pasaje está hablando sólo del período de tribulación de siete años. Aunque los versículos 4-14 parecen estar dando descripciones generales, van a la par con la descripción dada a comienzos de Apocalipsis 6:1-8, que registra los detalles sobre el comienzo de la Tribulación. Mateo 24:6-7 dice que habrá "guerras y rumores de guerras…se levantará nación contra nación, y reino contra reino".
Al futuro le depara al menos otra guerra mundial. Sin embargo, no hay nada en las Escrituras que diga que habrá sólo un número determinado de guerras mundiales. La I y la II guerra mundial no se mencionan explícitamente en la Biblia, ni es posible una tercera guerra mundial. Es sólo la última guerra que se menciona en detalle, lo que permite cualquier otra guerra antes de ese momento.
Comenzando en Apocalipsis 6, el apóstol Juan registró lo que vio sobre el futuro. La guerra se encuentra en este capítulo, y sigue siendo parte del desarrollo de los acontecimientos hasta la segunda venida de Cristo en el capítulo 19 (Apocalipsis 6:2, 4; 11:7; 12:7; 13:4, 7; 16:14; 17:14; 19:11, 19).
Apocalipsis 19:11 dice, "…con justicia [Cristo] juzga y pelea". Apocalipsis 19:19 Juan dice: “Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo (Cristo), y contra su ejército". Esto describe claramente una guerra mundial. Cristo es el vencedor, quien apresa a la bestia o el anticristo y el falso profeta, y los arroja en el lago de fuego y destruye los ejércitos que les siguieron (Apocalipsis 19:20-21). No existe ninguna duda sobre el resultado; la justicia prevalecerá mientras Cristo, el Rey de reyes y Señor de señores, derrota a todos los que se oponen a Él.
Tras 1.000 años del reinado de Cristo, habrá otra rebelión que puede tener el alcance de una guerra mundial. Antes del reinado milenario, Satanás será atado, y posteriormente después del milenio, será suelto. Inmediatamente Satanás liderará una rebelión entre los pueblos de la tierra. Cristo acabará con esta rebelión y juzgará permanentemente a Satanás, echándolo al lago de fuego, como lo hizo con la bestia o el anticristo y el falso profeta (Apocalipsis 20:7-10).
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Respuesta: No hay duda de que la guerra mundial será parte del futuro. Ezequiel predijo la batalla de Gog y Magog, que tendrá lugar justo antes de la Tribulación, o casi en la mitad de la misma (Ezequiel 38-39). Cristo enseñó claramente que habría guerra antes de Su segunda venida (Mateo 24:4-31). Algunos sostienen que Jesús está hablando en general de la era de la iglesia en los versículos 4-14, y del período de la Tribulación (empezando en su punto medio) en los versículos 15-31. Otros creen que Cristo en el pasaje está hablando sólo del período de tribulación de siete años. Aunque los versículos 4-14 parecen estar dando descripciones generales, van a la par con la descripción dada a comienzos de Apocalipsis 6:1-8, que registra los detalles sobre el comienzo de la Tribulación. Mateo 24:6-7 dice que habrá "guerras y rumores de guerras…se levantará nación contra nación, y reino contra reino".
Al futuro le depara al menos otra guerra mundial. Sin embargo, no hay nada en las Escrituras que diga que habrá sólo un número determinado de guerras mundiales. La I y la II guerra mundial no se mencionan explícitamente en la Biblia, ni es posible una tercera guerra mundial. Es sólo la última guerra que se menciona en detalle, lo que permite cualquier otra guerra antes de ese momento.
Comenzando en Apocalipsis 6, el apóstol Juan registró lo que vio sobre el futuro. La guerra se encuentra en este capítulo, y sigue siendo parte del desarrollo de los acontecimientos hasta la segunda venida de Cristo en el capítulo 19 (Apocalipsis 6:2, 4; 11:7; 12:7; 13:4, 7; 16:14; 17:14; 19:11, 19).
Apocalipsis 19:11 dice, "…con justicia [Cristo] juzga y pelea". Apocalipsis 19:19 Juan dice: “Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo (Cristo), y contra su ejército". Esto describe claramente una guerra mundial. Cristo es el vencedor, quien apresa a la bestia o el anticristo y el falso profeta, y los arroja en el lago de fuego y destruye los ejércitos que les siguieron (Apocalipsis 19:20-21). No existe ninguna duda sobre el resultado; la justicia prevalecerá mientras Cristo, el Rey de reyes y Señor de señores, derrota a todos los que se oponen a Él.
Tras 1.000 años del reinado de Cristo, habrá otra rebelión que puede tener el alcance de una guerra mundial. Antes del reinado milenario, Satanás será atado, y posteriormente después del milenio, será suelto. Inmediatamente Satanás liderará una rebelión entre los pueblos de la tierra. Cristo acabará con esta rebelión y juzgará permanentemente a Satanás, echándolo al lago de fuego, como lo hizo con la bestia o el anticristo y el falso profeta (Apocalipsis 20:7-10).
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